«Buscamos generosidad, personalidad, sabor y originalidad en los vinos»

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7 rostros y un destino: Haro

Empiezo una serie de entrevistas breves con los protagonistas de la segunda edidión de La Cata del Barrio de la Estación que tuvo lugar en septiembre de 2016 en Haro. Una oportunidad única para entender los vinos de la región norte de la DOCa La Rioja y profundizar en aquello que une y a la vez hace distintos a los vinos de un mismo entorno vitivinícola estrechamente vinculado a la vía del tren. Hablamos con todos ellos de Cataluña, La Rioja, la cultura del vino, el enoturismo, la comunicación, el cambio climático y… ¡sus grandes vinos! La iniciativa ha merecido este año pasado el premio International Wine Challenge a la mejor propuesta enoturística.

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(V) Diego Pinilla, Bodegas Bilbaínas ( grupo Codorníu )

Cuando conversamos con Diego Pinilla en la segunda edición de La Cata del Barrio de la Estación ya es público que deja su responsabilidad enológica en Bilbaínas para liderar el proyecto de las 10 bodegas del grupo Codorníu, en sustitución de Arthur O’Connor. Ambos comparten la charla que mantenemos en la recepción de la bodega de Haro y demuestran no sólo que el relevo es natural sino que comparten ideas y proyectos de presente y futuro.

«Tenemos alrededor  de la bodega un patrimonio impagable. Las mejores fincas de La Rioja Alta, 250 hectáreas. Esta es una casa antigua y como enólogo puedes trabajar en distintos frentes y aspectos. El tiempo pasa despacio en La Rioja», se sincera Diego Pinilla. Reconoce que en los últimos años los vinos han dado un cambio sustancial no sólo en Bilbaínas sino en todo el grupo, fruto del equipo enológico que  lidera cada proyecto. «Llevo 10 años y estoy orgulloso del camino recorrido. Hemos hecho cosas muy originales como el vino blanco de uva tinta, un 100% tempranillo, o el rosado de garnacha… Bilbaínas es un ejemplo del trabajo bien hecho en La Rioja, puede explicar por ejemplo qué es el graciano en su plenitud, con un vino monovarietal en el mercado».

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«Viña Pomal Reserva es el vino más difícil de hacer de los últimos años. El vino no ha cambiado, pero ha cambiado todo. Nos sorprende por su calidad», advertirá. Diego Pinilla es consciente que entre 2002 y 2010 esta referencia ha dado un giro radical, pero lo han conseguido con una evolución constante. «Es un vino con expectativas. Una marca conocida y con una historia vinculada a la de la bodega, por lo que los cambios se deben de dar con mucho cuidado», afirmará. Y añade: «Es un buen clásico, con crianza, 100% tempranillo, el vino refleja el paso por barrica, pero no se recuerda por su exceso».

«Los vinos singulares de Viña Pomal están pensados para públicos nuevos que buscan cosas distintas.  Los vinos más serios expresan la zona, más que el momento de consumo. Hay un nuevo rumbo, siguiendo los estilos bordelés y borgoñés, que es mirar al terruño. Buscamos generosidad, personalidad, sabor y originalidad en los vinos», explica Pinilla. O’Connor asiente. «El terruño es la herramienta para hacer mejores vinos e incorporar los valores que buscamos también».

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«En las empresas grandes como Codorníu Raventós no hay otra que arriesgar y arriesgar constantemente. Tenemos una libertad grandísima en este aspecto. La creencia en el viñedo es fundamental. Los vinos han de marcar lo esencial de cada zona. Es algo que compartimos en el ideario de la empresa familiar», afirma el director enológico del grupo, hasta ahora de Bilbaínas.

«Cataluña es un mercado preferente. Es muy importante, junto con la zona norte de España. La implantación que tenemos es muy importante, y referencias como las de Viña Pomal son muy reconocidas». Ayudará que la división del cava tenga su sede en Sant Sadurní d’Anoia y que ahora haya iniciado una gran revolución y apuesta por la calidad con Ars Collecta.

 

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«Nos sale de una forma natural, lo de colaborar. Llevábamos 150 años sin hacerlo»

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 7 rostros y un destino: Haro

Empiezo una serie de entrevistas breves con los protagonistas de la segunda edidión de La Cata del Barrio de la Estación que tuvo lugar en septiembre de 2016 en Haro. Una oportunidad única para entender los vinos de la región norte de la DOCa La Rioja y profundizar en aquello que une y a la vez hace distintos a los vinos de un mismo entorno vitivinícola estrechamente vinculado a la vía del tren. Hablamos con todos ellos de Cataluña, La Rioja, la cultura del vino, el enoturismo, la comunicación, el cambio climático y… ¡sus grandes vinos! La iniciativa ha merecido este año pasado el premio International Wine Challenge a la mejor propuesta enoturística.

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(IV) David Gómez, enólogo y viticultor, codirector de Bodegas Gómez Cruzado

Debo reconocer que los vinos de Bodegas Gómez Cruzado los descubrí en la segunda edición de La Cata del Barrio de la Estación, en Haro. Y ¡qué descubrimiento! «Un equipo joven que defiende el vino fino de La Rioja» se puede leer en su web, donde se recuerda también que sus orígenes se remontan a 1886. Me parece admirable el trabajo que en poco tiempo han realizado David y Juan Antonio Leza, su socio, también enólogo y viticultor. Empiezan en 2008 como asesores y a partir de 2013 deciden también hacerse cargo de la gestión. «Queremos devolver el esplendor que tuvo la bodega hace 50 o 60 años», cuenta Gómez en el claustro del Hotel Los Agustinos. «Estamos en plena expansión, en la pista de salida. Nuestros vinos tienen un corte clásico pero luego también incorporan algo de nuevo. Tenemos inquietud por crear y queremos desarrollar un proyecto propio. Por lo tanto, el momento actual es de total ebullición».

Con viñedos en La Rioja Alta y Alavesa y «majuelos» de viñedo viejo en las zonas más altas, Gómez Cruzado desarrolla una viticultura  sostenible y razonada. «Poco podemos hacer más que adaptarnos al cambio climático. Las uvas de garnacha de las zonas más frías nos permiten elaborar tintos muy interesantes, pero siempre estamos explorando zonas nuevas para dar frescura al vino», explica David Gómez.

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«El enoturismo es fundamental. Estamos en una zona donde funciona, tenemos un espacio único, el Barrio de la Estación de Haro, porque es  una especie de polígono industrial del siglo XIX», cuenta David a propósito de la segunda edición de una cita enoturística de primer orden. «Hemos recibido a más gente de la esperada; hay grandes expectativas en esta cita». En Gómez Cruzado ya están acostumbrados al enoturismo: «Llevamos tres años con visitas y hemos incrementado en un 10% el número de visitantes».

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«Lo tenemos constantemente en mente, lo de incorporar a nuevos públicos, al vino. De hecho ideamos vinos nuevos justamente para ellos, por ejemplo, el Vendimia Seleccionada, que está pensado para jóvenes que buscan la facilidad en beber, fruta roja, cítricos en el caso de los blancos. Luego tenemos vinos como el Pancrudo que también tiene la misma intención. Es algo que las bodegas podemos crear, pero el hábito de consumir vinos no lo hemos promovido en general y eso ha creado grandes problemas. Es importante defender la mediterraneidad del vino. Creemos que se ha favorecido demasiado a la cerveza». Razón no le falta a David Gómez y cierto es que el perfil de sus vinos sorprende por lo diferentes que son y porque huyen del clasicismo con que se asocia a menudo a La Rioja. Me gustó especialmente la frescura y autenticidad de Montes Obarenes, hasta el punto que en el viaje de vuelta a Barcelona, en tren, compartí una botella con un ingeniero que se interesó por mi viaje a Haro. Me escribió luego un correo que decía así:

I shared the wine you so graciously gave me with some friends in Madrid the same day I flew back home in the USA, two days ago. As agreed, here’s my comment on it: «The wine we tried is the Montes Obarenes from Gómez Cruzado, a Haro-Rioja white. The color is a vibrant golden very pleasant to the eye. By looking at the way the wine hangs from the glass I could tell it is a rather soft and non-dry wine. The surprise was the flavor. My experience with Rioja wines is that they characterize for having accentuated flavor with a lastingly pleasant aftertaste which make them great companions to a good meal. The Montes Obarenes had a surprising soft flavor that reminded me of german wines from the Oppenheimer region but with the difference of having a stronger aftertaste. Such combination makes Montes Obarenes a good wine to enjoy either by itself or together with a meal»
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Para definir el momento actual que vive Bodegas Gómez Cruzado, uno de sus dos pilares cree que el vino que lo define es el Reserva, un monovarietal de tempranillo de viñedos de 30 años y crianza en roble francés y americano al 50%: «Hay cosas más novedosas, pero este vino es la base del proyecto y no queremos perder lo fundamental».
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«Exportamos el 50% de la producción, pero el de ahora es un proceso de expansión. En Cataluña estamos con Cuvée 3000 y muy contentos porque se aprecian mucho nuestros vinos allí», revela con orgullo Gómez. «La cultura del vino es muy diversa en Cataluña y sabemos que los ciudadanos aprecian el vino y consumen también el de otras regiones», matizará después.
«La bodega ha tratado de mantener la línea clásica pero hay, tenemos, libertad de movimiento. Nos gusta combinar la barrica y el hormigón. Este tipo de vinos abre además la brecha para conocer a más vinos». Los dos enólogos que encabezan el proyecto saben que deben arriesgar y su complementariedad ayuda. «No es fácil pero es interesante trabajar con vinos en rama. Como enólogo es muy instructivo, y al ser dos con visiones distintas, la mía y la de Juan Antonio, sumamos», advertirá. La misma colaboración que existe fuera, entre todas las bodegas del Barrio de la Estación: «Nos sale de una forma natural, lo de colaborar. Llevábamos 150 años sin hacerlo y ahora es el momento de resolverlo», cuenta David Gómez.
La sinceridad de David Gómez es apabullante, también referida a su proyecto: «Llevamos tres años, estamos los que queremos estar, vamos a seguir puliendo las cosas, a ampliar y a buscar clientes y a mejorar siempre los vinos».

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«El vino lo debe beber quien lo sabe apreciar y no quien pueda pagarlo»

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7 rostros y un destino: Haro

Empiezo una serie de entrevistas breves con los protagonistas de la segunda edidión de La Cata del Barrio de la Estación que tuvo lugar en septiembre de 2016 en Haro. Una oportunidad única para entender los vinos de la región norte de la DOCa La Rioja y profundizar en aquello que une y a la vez hace distintos a los vinos de un mismo entorno vitivinícola estrechamente vinculado a la vía del tren. Hablamos con todos ellos de Cataluña, La Rioja, la cultura del vino, el enoturismo, la comunicación, el cambio climático y… ¡sus grandes vinos! La iniciativa ha merecido este año pasado el premio International Wine Challenge a la mejor propuesta enoturística.

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(IV) María José López de Heredia (Viña Tondonia)

Conversar con María José López de Heredia, gerente de Viña Tondonia, es mucho más que un lujo. Tuvimos la suerte de compartir conversación Ester Bachs y servidora tras la cena de recepción de la segunda edición de La Cata del Barrio de la Estación, en Haro. Entrevista interrumpida constantemente por todo aquél que la veía y que no quería dejar de saludarla. Un mundo de hombres – me di cuenta de ello entre tantos saludos – que la admiran y la cortejan des del punto de vista enológico. A pesar de ello, la intensidad de la entrevista es total y María José es capaz de hilvanar respuestas con preguntas y viceversa. Parece que tiene todo el tiempo del mundo… Pero no. Es que sabe estar, conversar y profundizar hasta en lo más íntimo. Está dispuesta a comunicar lo que vive y siente. «Los atardeceres en La Rioja tienen mucho de africanos», advertirá. Una luz potente que se adivina también en su rostro, en su mirada… Inquietud, determinación y elegancia.

«Tenemos que contar la historia de 140 años. Ahora estamos en la cuarta generación. Mi padre falleció cuando tenía 86 años… Pero no se irá nunca. Creo que no se van, cuando está la empresa familiar se quedan en ella… los fantasmas», suelta de inicio. Y confiesa: «La tristeza es muy dura, cuesta recuperar la energía, somos 4 hermanos y 3 trabajamos en la bodega. Estamos prácticamente todos involucrados. Y ahora empezamos a estar en paz. Lo espiritual es tan importante como el día a día». Misticismo y magia en sus declaraciones, como cuando uno se adentra en la bodega y el paso del tiempo le acaricia los hombros entre el olor a vino y moho.

Después de crisis, cambios y trabajo duro, Maria José cree que Viña Tondonia está ahora recogiendo sus frutos. «Hacemos lo mismo de siempre. Recuperando la energía que nos ha fallado con la muerte de nuestro padre, pero los vinos son un reflejo nuestro. Ahora estamos en un buen momento. Los clásicos están de moda. Y cuando no lo están, como los blancos de la Rioja o los Gran Reserva en su momento, tenemos que luchar mucho para darlo a conocer», cuenta sin tapujos. «Soy una mujer quijotesca, amante de las causas perdidas. Y ahora me toca luchar por los tintos. Basta que falte algo para que se valore, en el mundo del vino», añadirá. Me sorprende su sinceridad y rotundez. No nos conocemos pero se abre de par en par. Recuerda que en Catalunya el programa televisivo «En clau de vi» con Josep Roca la hizo archiconocida. Tanto es así que en las visitas enoturísticas con las que coincide, los clientes catalanes se lo recuerdan.

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«En nuestro proyecto, ilusión nunca ha faltado. Ha habido mucha gente involucrada empezando por el bisabuelo que nunca vio el proyecto terminado. Mi padre siempre decía: tienes que terminar un proyecto empezado. Y es muy gratificando cuando lo culminas. En 10 años, celebraremos el 150 aniversario. No me gusta envejecer, aunque el aniversario de la bodega me encanta. Vamos a dejar las cosas bien hechas para la quinta generación», cuenta la gerente de Viña Tondonia, sin olvidar nunca los orígenes y las raíces y pensando a la vez en que quizás sus sobrinos podrán o querrán hacerse cargo del proyecto enológico en el futuro.

A lo largo de 140 años, las generaciones de los López de Heredia se han consagrado al propósito de conseguir unos vinos excepcionales, obras maestras de artesanía y refinamiento, susceptibles de emular a los más famosos del mundo; un anhelo que el fundador de la bodega, don Rafael López de Heredia y Landeta, definió, en el siglo XIX, como el «Rioja Supremo».

 

«Tengo claro que sólo se puede aprender de los mayores«, cuenta María José López de Heredia. «Hecho de menos mis viñas, las necesito físicamente. Estar en La Rioja, en el campo. Es donde recuperas la energía y puedes tomar decisiones. Leo ensayos, literatura buena, los clásicos, Catón, los romanos… Por defecto y por necesidad también». Detalla sus aficiones culturales, las que la nutren, además del vino. «Mi ioga es la lectura. Lo mejor es no hacer nada por necesidad. Leí hace poco a Saramago. Leer no es un paso ligero, es un trabajo. Me sirve para tomar decisiones…». Lo de la literatura para aprender, reflexionar y decidir me parece tan necesario en los tiempos que corren, pero hay más: «El próximo reto es tener un edificio para el archivo documental. Y estoy leyendo cartas de pedidos a Filipinas, de falsificaciones de vinos, leo a mi bisabuelo y a mi padre… Estoy documentando también el espíritu». El archivo es una disciplina para los López de Heredia: «Antes trabajaban muy bien. Me enriquece leerlo, es la mejor educación recibida», sentenciará María José.

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«La Rioja vive un momento dorado desde que me incorporé a la bodega. Pero hay mucho trabajo de fondo, como dije antes. Mi padre siempre nos recordaba No te preocupes de vender sino de cobrar«.

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«Hoy se bebe diferente. El vino es cultura. Está, existe… Y sin descanso debemos darlo a conocer. Pero los jóvenes consumen diferente. Hay que enseñar a beber vino. Y a disfrutarlo».

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«Antes se bebía más tinto porque el agua estaba en mal estado, no era siempre potable. El vino es un vaso dilatador. En España el consumo es bajo, en Burdeos sin embargo está de moda y en Haro es un pueblo donde se bebe, y bien. Pero es cierto que no conseguimos el objetivo. El vino lo debe beber quien lo sabe apreciar, no quien pueda pagarlo«, advertirá y con toda razón María José López de Heredia. Añade a continuación que «quien quiera beber buen vino tiene que luchar para permitirse el lujo».

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«Hay que trabajar para que se considere alimento. El vino tiene vitaminas, minerales. Debemos beberlo poco y cada día. Un consumo moderado es bueno, como buen alimento que es. En mi niñez, en mi casa, tomar Tondonia era estar en casa. Y ahora buscamos lo mismo», comenta la también directora general. Un perfil que sea honesto con el terruño, las variedades y la ética y responsabilidad que les dejaron padre, abuelo y bisabuelo.

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«En Cataluña tenemos el 50% de nuestras ventas. Es un mercado importante, el catalán, y fino. Igual que la zona norte de España. También son importantes aunque no en volumen los gallegos, cántabros, guipuzcoanos y riojanos que de forma natural han consumido nuestros vinos», matizará para hablar de mercados. Los conoce puesto que su cargo de directora comercial le hace viajar, conocer y contrastar.

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«Nuestra familia ha sido siempre austera por convicción. No podemos vivir de otra manera»

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Le preguntamos por un vino que pueda simbolizar el momento por el que pasa la bodega familiar López de Heredia y siente que todos. «Quizás sería un tinto. Es el que regalo. Es único. Mi bisabuelo quería hacer de él el Rioja Supremo. Hace 140 años la aristocracia bebía vino francés, era símbolo de alta calidad y elegancia. Los que tenían contactos diplomáticos e idiomas podían acceder a ellos. Era un vino especial el que creamos. Mi abuelo celebraba cualquier cosa con un Tondonia. Creo que cuando lo tenemos disponible – el vino también – no le damos valor; cuando no está, entonces sí».

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«Me hubiera gustado vivir en la finca que da origen al  Tondonia Reserva. Mi padre se hacía llamar viñólogo. En las generaciones de después todos hemos cursado enología y otros estudios superiores, yo por ejemplo, derecho . Tondonia era también su finca favorita. Es elegancia y finura. Los grandes reservas demuestran la filosofía de la empresa. Mi bisabuelo ya quería que el Tondonia reserva envejeciera muchos años. Y de aquí que fuera y sea un vino especial. Andamos ahora por la añada 2004 en el mercado, 12 años de evejecimiento…»

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La conversación podría alargarse  in eternum porque María José lo pone fácil además de interesante. Pero no hay tiempo para más. «La Rioja tiene unos atarcederes mágicos… Soy de disfrutar y no de grabar. Tenemos atardeceres africanos y cielos épicos», suspirará.

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«El buen vino es el que te hace beber»

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7 rostros y un destino: Haro

Empiezo una serie de entrevistas breves con los protagonistas de la segunda edidión de La Cata del Barrio de la Estación que tuvo lugar en septiembre de 2016 en Haro. Una oportunidad única para entender los vinos de la región norte de la DOCa La Rioja y profundizar en aquello que une y a la vez hace distintos a los vinos de un mismo entorno vitivinícola estrechamente vinculado a la vía del tren. Hablamos con todos ellos de Cataluña, La Rioja, la cultura del vino, el enoturismo, la comunicación, el cambio climático y… ¡sus grandes vinos! La iniciativa ha merecido este año pasado el premio International Wine Challenge a la mejor propuesta enoturística.

(III) Guillermo de Aranzábal (La Rioja Alta, S.A.)

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Tengo debilidad por el vino y su vínculo cada vez más estrecho y sincero con la solidaridad. No he conocido hasta hoy su iniciativa – Viña Ardanza Solidario – pero me parece admirable y empiezo refiriéndome a ella porque debería de ser una práctica más común en el sector. También desde el vino podemos contribuir en hacer un mundo mejor. La Rioja Alta destinará un uno por ciento de los beneficios de la bodega a proyectos sociales de cooperación internacional. Cuando vi publicada la noticia contacté rápidamente con la ONG Yamuna. Estuve este verano con ellos en Madagascar y me impresionó el trabajo ingente que realizan con mujeres – enseñándoles a cultivar la tierra y a desarrollar proyectos de artesanía- y con los niños – asegurando su alimentación diaria y la educación. Me confirmaron que presentarán candidatura y me encantaría que pudieran obtener una parte de la ayuda de La Rioja Alta para financiar su trabajo en Vontovorona, que es mucho y hay que hacer aún más visible.

La Rioja Alta celebra este 2017 el 75 aniversario de Viña Ardanza, un tinto emblemático, coupage de tempranillo y garnacha, que estrenará botella conmemorativa en breve. La bodega, ubicada  en el Barrio de la Estación de Haro, es una referencia internacional y su apuesta por el mercado exterior es fuerte: «Hemos pasado del 22% al 65%», cuenta su presidente, Guillermo de Aranzábal. Nos reunimos en una sala de la recepción de la bodega donde se respira silencio y paz. Fuera, el ir y venir de turistas del vino inunda, a pesar de la lluvia intermitente, los aledaños de la bodega. Hay programadas actividades enoturísticas como la trasiega artesanal a la luz de la vela. El grupo cuenta con 4 bodegas, dos de ellas en la Rioja, una tercera en Ribera del Duero y una cuarta en Galicia. «El 100% del viñedo es propio en todas ellas», advierte el presidente.

«El reto es ir consolidando y mejorando la calidad de los vinos pero también su imagen. Estamos muy ilusionados y tenemos mucha actividad interna», cuenta con satisfacción Guillermo de Aranzábal. «Estamos presentes en Estados Unidos, Méjico, Alemania, China, Suiza, Puerto Rico…  y luego tenemos un mercado muy consolidado también en Cataluña, en Madrid, en Bilbao… Cataluña, además, siempre ha sido muy riojana, porque agrada el estilo amable y elegante de los vinos que elaboramos».

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«Nuestros vinos son clásicos de vanguardia, modernos. El clasicismo de los vinos de la Rioja hay que ir actualizándolo. Buscamos más frescura, más fruta, vinos igual de complejos pero más redondos y aterciopelados. El Gran Reserva 904, por ejemplo, es un vino que crece con el tiempo. Es fresco y va a envejecer igual», recuerda De Aranzábal. Y no le faltan razones porque es uno de los vinos que más me emocionó durante La Cata del Barrio de la Estación. Finura, delicadez y calidez. Y en formato magnum, la expresión era aún más sublime. «El buen vino es el que te hace beber», concluye. Y lo aplaudo. También contará De Aranzábal después que el futuro pasa por «la originalidad, por ser muy honestos, absolutamente honestos con la enología». Más voces así, sí. Hay que poner en valor también el trabajo enológico, en la bodega, a pesar que el discurso imperante reza que el vino se hace en el viñedo.

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Sobre cambio climático, el presidente de La Rioja Alta cita las evidencias que constatan año tras año en el viñedo: «En medio del debate de si es tendencia o ciclo, lo cierto es que tenemos más grado alcohólico y lo que pretendemos es buscar el equilibrio para todos nuestros vinos. En Rioja tenemos viñedos en altura y plantamos cada vez a más altitud».

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«La comunicación es estratégica en nuestro grupo. No sólo en La Rioja, sino que hemos apostado por la comunicación en el exterior con oficinas en Europa y en Shangai para estar en contacto continuo con el cliente final», se enorgullece De Aranzábal. Y en relación a los nuevos públicos, a los que pretende el mundo del vino, será claro al decir que «hay que acercar la cultura del vino y descubrir a los jóvenes vinos  que estén en sintonía con su bolsillo. Dudo mucho que un joven se gaste 20-25 euros o más en un vino como algunos de los que tenemos en el Barrio de la Estación de Haro. Observamos con envidia sana como en Londres y en Nueva York los jóvenes aparcan la cerveza y se van al vino. Desde la Fundación para la Cultura del Vino, de la que La Rioja Alta S.A. es miembro, trabajamos en esta dirección. También creamos un club de cosecheros y diseñamos no sólo actividades para los miembros más adultos sino también para sus hijos, que serán los que formaran parte de la entidad del futuro, o eso esperamos».

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El enoturismo también es clave para La Rioja Alta. La apuesta por la cita enoturística, de hecho, nace de una conversación que propone esta bodega. «La Cata del Barrio de la Estación sirve para dar calidad al lugar que nos ha visto nacer y para contagiar al consumidor la personalidad de cada uno de nuestros vinos. A pesar de las diferencias entre las bodegas, buscamos que haya una sintonía, un posicionamiento conjunto», cuenta Guillermo de Aranzábal. El mensaje, cuanto más compartido, siempre llega mejor y más lejos. Lección aprendida.

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«El vino es rico en matices pero debemos hacer que el lenguaje sea asequible»

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7 rostros y un destino: Haro

Empiezo una serie de entrevistas breves con los protagonistas de la segunda edidión de La Cata del Barrio de la Estación que tuvo lugar en septiembre de 2016 en Haro. Una oportunidad única para entender los vinos de la región norte de la DOCa La Rioja y profundizar en aquello que une y a la vez hace distintos a los vinos de un mismo entorno vitivinícola estrechamente vinculado a la vía del tren. Hablamos con todos ellos de Cataluña, La Rioja, la cultura del vino, el enoturismo, la comunicación, el cambio climático y… ¡sus grandes vinos! La iniciativa ha merecido este año pasado el premio International Wine Challenge a la mejor propuesta enoturística.

 

(II) Eduardo Muga. Bodegas MUGA

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«En Haro estamos desarrollando viticultura de quinta generación. En Muga la historia comienza con nuestro abuelo en 1932. En nuestra trayectoria y misión está la calidad multiplicada por tres. La obsesión ha sido invertir en el viñedo en los últimos 20 años», cuenta Eduardo Muga, responsable financiero de la bodega. «Mi padre y mi tío se dedicaron a trabajar el mercado nacional y con la tercera generación hemos apostado por nuevos métodos en el viñedo y la bodega, y por la exportación». La conversación transcurre en la sala de crianza de Muga, silenciosa, durante la jornada de profesionales de La Cata del Barrio de la Estación. El día después, volveré al mismo espacio, y el recogimiento es algarabía. El enoturismo llena de curiosos, aficionados y nuevos profesionales un espacio con encanto, todos ansían catar los vinos de Muga.

«No hemos querido nunca ser inmovilistas  a pesar que nuestro método es tradicional en la elaboración. La máxima es mantener y mejorar. Todo en madera siempre, aunque no nos hemos cerrado a probar cosas nuevas porque el espíritu de innovación va con nosotros», advierte uno de los hermanos Muga. «Tenemos una tonelería propia y somos de los pocos en el país en conservar el oficio. Además tenemos cubero y tonelero. Jesús lleva con nosotros más de 30 años y para nosotros es un activo importante que además crea escuela con un equipo de cuatro profesionales».  Ahora que los vinos se buscan desnudos, sin la contundencia del roble que en otros tiempos la crítica adulaba, los Muga saben como trabajarlo: «Tener tonelero nos permite también seleccionar la madera. Viajar a los bosques, lo hacen mis primos, y aquí realizamos los secados, el tostado… Tener el manejo del roble es una gran herramienta para que te sirva y le saques al vino lo que quieras», reconoce Eduardo. «Nuestro vino no está marcado, buscamos siempre la finura y en el proceso trabajamos con métodos más costosos pero menos agresivos».

«Tradición y modernidad nos definen bien. Hay un estilo clásico en Prado Enea, es un vino sabio e interesante, fruto de los mejores viñedos… En el Selección Especial hay un corte más moderno. Al final lo importante es que son vinos con seña y alma de La Rioja pero con cuatro estilos distintos. Somos 4 hermanos distintos también, pero con una visión en común que es la calidad cristalina».

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«Nuestro objetivo es ser presentes en los mejores sitos. Ahora estamos en 70 mercados distintos, siendo EEUU el principal mercado de la exportación. Pero el mercado nacional es donde se queda la mitad de la producción. Por esto un evento como La Cata del Barrio de la Estación nos interesa especialmente. Vendemos calidad, fruta, vinos para beber y tenemos ganas siempre de comunicar lo que hay detrás, el paisaje, los viñedos que trabajó el abuelo… El enoturismo es un elemento de comunicación total. Un lazo de unión con amigos con el vino«. Eduardo Muga es un conversador nato. A pesar de su agenda apretada de entrevistas, se muestra paciente y relajado. Sujeta la copa de vino en una de sus manos y gesticula ligeramente con la otra.

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«Para combatir el cambio climático  en Muga tenemos viñedos en altitud y en zonas frescas. Es algo que ya hemos constatado. La altura es una garantía y de cara al futuro  aún lo será más. Habrá que contar con  zonas distintas para nuevas viñas», avanza recordando que su tío les recordaba a menudo que las vendimias de hace 40 años eran mucho más tardías.

Por otra parte, Bodegas Muga ha incorporado la sostenibilidad en su estrategia empresarial; una realidad que está en la agenda global y que la familia trata de  «optimizar con cada tratamiento». La bodega es consciente del reto que tiene el planeta por delante.

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«Desde siempre tengo el recuerdo de mi tío y mi padre de abrir las puertas de la bodega. Hace ya 30 años no era tan natural, pero siempre hemos estado orgullosos de lo que somos y de lo que tenemos. La mejor manera de dar a conocer es que vengan aquí. Yo estoy constantemente en el extranjero e, independientemente del sol, les invito a todos a conocer los vinos e invertir en medios para que conozcan los procesos, para que estemos en contacto en nuestra tierra, para abrirles botellas al lado del viñedo. Hay que ser cercano y didáctico», cuenta Eduardo Muga, consciente de que el trabajo enológico debe comunicarse más y mejor, y ahora también con un pié en las redes sociales.

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Ganarse a los jóvenes para Muga es también un reto. «Hacerlo fácil y atractivo es la clave. El vino es rico en matices pero debemos hacer que el lenguaje sea asequible. Acercarnos a nuevos públicos de manera divertida. Formamos parte con distintas bodegas de la Fundación para la cultura del vino y este es un lazo de unión con la sociedad que vamos a cuidar mucho. Eduardo Muga, por sus responsabilidades y por haber vivido en el extranjero, conoce muy mucho como se relacionan fuera con el vino. Reconoce que «en otros países como EEUU y Asia, los jóvenes consideran el vino como algo interesante y esto es lo que nos falta aquí. Los asiáticos que no tienen cultura del vino están ahora muy interesados por ello y para nosotros es muy estimulante verlo».

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Madrid y Barcelona son dos mercados naturales para Bodegas Muga. «Desde siempre hemos tenido clientes que buscan la calidad de los vinos y las cosas buenas. Y tenemos un mercado importante en las dos capitales porque hay en ambas una elevada cultura del vino «, reconoce Eduardo. En Muga reconocen que son de la cultura del ensamblaje, a la búsqueda siempre de vinos con estructura y acidez. «Las buscamos expresamente», añadirá. Y cierto es que «la concentración tánica es única, pero siempre con finura».

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Más sobre Muga

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«Son vinos de unión de distintos pagos»

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Siete rostros y un destino: Haro

(I) Agustín Santolaya (Bodegas RODA)

Empiezo una serie de entrevistas breves con los protagonistas de la segunda edidión de La Cata del Barrio de la Estación que tuvo lugar en septiembre de 2016 en Haro. Una oportunidad única para entender los vinos de la región norte de la DOCa La Rioja y profundizar en aquello que une y a la vez hace distintos a los vinos de un mismo entorno vitivinícola estrechamente vinculado a la vía del tren. Hablamos con todos ellos de Cataluña, La Rioja, la cultura del vino, el enoturismo, la comunicación, el cambio climático y… ¡sus grandes vinos! La iniciativa ha merecido este año pasado el premio International Wine Challenge a la mejor propuesta enoturística.

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Agustín Santolaya en un gentelman. Enólogo y director general de Bodegas RODA, atiende con atención y maestría a mis preguntas a pesar de las mil y una atenciones que merecen colegas y conocidos que se le acercan un jueves por la noche,  en La Rioja Alta donde se celebra la cena de bienvenida de la segunda edición de La Cata del Barrio de la Estación. «Vivimos un momento de plenitud«, responderá diligente a mi primera pregunta. Y se nota. «Pasamos unos años para encontrarnos, allá por el 1987,  y para saber hacia donde iba el proyecto. En el 91 se construye la bodega, en el 92 cerramos el equipo técnico actual. Ahora estamos en 300.000 botellas, pero somos muy jóvenes aún, nuestro primer vino tiene 20 años,».

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Dedicados no sólo al viñedo, sino también al olivar en Mallorca con la marca Aubocassa (arbequina + picual), en Bodegas RODA saben lo que implica esperar a ver los resultados de un cultivo mediterráneo siendo respetuosos no sólo con el entorno natural sino también con el paso del tiempo.  «Barcelona es una ciudad espectacular gastronómicamente hablando. Hay mucha innovación, una gran concentración de estrellas Michelin. Es una referencia absoluta, siempre nos hemos sentidos muy bien acogidos allí y nuestros vinos son muy aceptados», afirmará.

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«El 7% de nuestro presupuesto está destinado a la investigación. Desde que tenemos beneficios, un porcentaje de la cuenta de resultados lo destinamos a invertir en el futuro. En el 98 arrancamos viñedos viejos para nuevas plantaciones, hemos recogido mucha información genética sobre la uva tempranillo; tenemos 550 morfotipos plantados…», cuenta Santolaya cuando le pido como afrontan el cambio climático. «Estamos en un proyecto de segunda generación, buscando una família de pies de viña capaz de afrontar el cambio climático. La naturaleza da soluciones a los problemas y lo confirmaremos con el tempranillo», resuelve satisfecho.

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«La comunicación siempre ha sido importante para el vino. Y el enoturismo en concreto es una llave maravillosa para acercarnos al consumidor. Hemos reunido en Haro a 11.000 personas, gente aficionada al vino… Y tenemos todo el tiempo para ellos, es la mejor forma de descubrirles nuestro proyecto, nuestros vinos e ideas», cuenta a propósito de La Cata de la Estación. «Las empresas que invierten en enoturismo tienen capacidad de generar muchísimos sitios de trabajo. En Haro tenemos la mayor concentración urbana de bodegas centenarias. Y cada una es totalmente distinta a la otra pero compartimos el mismo ecosistema. Somos diferentes y complementarios. Son vinos de unión de distintos pagos. Hay cosas clásicas y antiguas como Tondonia, modernas como Gómez Cruzado, clásicos de los 90 con elegancia y finura como el 890 de La Rioja Alta…», sigue relatando el enólogo de RODA. Me agrada que cite a sus colegas y que reconozca sus cualidades sin rasgarse las vestiduras.

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«La cultura del vino es una asignatura pendiente  n este país que el sector tiene que meditar. Hemos alejado al consumidor joven por el lenguaje, por no querer lo de los padres, por saber que la cerveza es más fácil… Hay un grave problema que debemos afrontar conjuntamente. El enoturismo puede ayudar en este sentido, hacer que los jóvenes se acerquen a los proyectos de vino. Llevamos muchos años elaborando en este país y me maravilla que en otros países los jóvenes tomen vino en horas distintas», reflexiona en voz alta Agustín Santolaya. Cree que hace falta «buscar un aumento del consumo entre horas, más allá de la comida, recuperar el trago de noche… Cada vez tenemos más vinos que pueden competir con los cócteles y salir airosos. Lo vamos a conseguir seguro, pero hemos perdido una generación», dice con cierta pesadumbre.

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«La salida de Artadi de la denominación de origen es una gran pérdida porque elaboran algunos de los mejores vinos de la DOc La Rioja, pero tengo un respeto absoluto por la decisión tomada y me une una buena amistad con ellos. Creo, ciertamente, que hay un problema cuando caben vinos de 100 euros y 1 euro en el mismo paraguas, hay que cambiar cosas. Tratar de estratificar de alguna manera. Hacerlo sin prisas y dando pasos para que las bodegas de un perfil como el nuestro nos encontremos cómodos». Se agradece la franqueza de Santolaya y más aún en una conversación exprés.

Le pido para terminar que recomiende un vino de Bodegas RODA para entender la madurez y el buen momento por el que pasan. Es rápido y convincente:

«Nos reconoceréis en RODA I. Es donde está el paisaje de nuestra zona en estado puro. Hay una parte más negra que es de los tempranillos. Es un vino longevo y para celebrar. Si tuviéramos que hacerlo con un vino más fresco, sería sin duda un Sela«.

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Reus-Priorat-Nova York

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Reus serà Capital de la Cultura Catalana 2017. La ciutat que es relacionava amb París i Londres per la ruta de l’aiguardent al segle XIX,  festeja al XXI amb la ciutat amb més neguit de vins que he vist darrerament, Nova York, sense estalviar-se l’oportunitat d’exhibir el seu potencial enològic, que ha passat sempre per un vincle natural amb el Priorat.  Si hi ha un celler d’aquesta regió de vins internacionalment aclamada que hagi establert un lligam estret amb Reus, és Clos Galena (Domini de la Cartoixa).  L’actual directora general i propietària Merche Dalmau s’ha ocupat molt personalment des de fa temps de forjar una relació necessària, coherent i elegant amb l’art, casant la qualitat dels vins que neixen al Molar amb el traçat delicat i precís però exigent de l’artista Didier Lourenço i el coneixement profund del sector de la galeria Anquin’s, amb la seva directora Maria Josepa Quinteiro al capdavant.

«La Coia és un regal molt especial del celler i la galeria d’art per la Capital de la Cultura Catalana 2017. Una representació especial del pintor Didier Lourenço que representa el Passeig de Gràcia de Gaudí, la rosa de l’escut de Reus i el nom que homenatja la patrona de la ciutat»

La Coia s’ha presentat al Museum of the City de Nova York aquesta setmana passada i és fruït de la relació inquieta entre una galerista i una empresària del sector del vi amb interessos compartits, bons contactes i grans dosis de generosiat i savoir faire. És la contribució d’ambdues a una ciutat, Reus, que té molts motius per reivindicar el seu passat vitivinícola i enològic però també el seu present enèrgic, amb una Reus Viu el Vi consolidada i una força imparable del vermut, amb una joia arquitectònica modernista única com l’Estació Enològica que algun dia haurà de ser molt més observada del que ho és ara. La Coia és un homenatge al Reus rural, pagès i compromès, com ho ha estat al llarg de la història amb la cultura. És una dona elegant, delicadament acolorida, que deixa empremta, com la força que té a la retina el sòl hidràulic. La Coia és una edició especial del vi Galena, cupatge de garnatxa negra (35%), carinyena (15%), merlot (25%) i cabernet sauvignon (25%). Només 2.000 ampolles al mercat, que es poden comprar al celler i al web, a la galeria Anquin’s de Reus i també a les botigues de vins de Tarragona i Reus. El PVP  és de 18 euros i amb caixa de fusta i dibuix, 35.

«La nova etiqueta de Didier Lourenço em fa molta il·lusió. L’hem impulsat amb la Pepa Quinteiro d’Anqui’ns i hi hem treballat des de l’any 2009. Presentar-la a Nova York amb la presència de les autoritats de Reus, ha estat determinant», explica Merche Dalmau, just aterrada dels Estats Units. La Coia ha acompanyat la presentació d’una col·lecció més àmplia de caixes originals d’art, vi i territori.

 

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«Hem presentat 10 caixes de vi pintades per 10 artistes catalans coordinats per la galeria Anquin’s; Hem volgut fer-ho a Nova York perquè calia una carta de presentació del sud de Catalunya. Aquestes obres recullen l’essència de la cultura mediterrània. Cada caixa de vi pintada és un objecte únic i exclusiu, una obra d’art original certificada i signada per l’artista que, amb textures, formes i colors, ha imprès la seva mirada particular del territori», descriu Merche Dalmau. La inspiració els ha vingut del paisatge, del ritme urbà, dels símbols i de les tradicions més autèntiques com el patrimoni natural i arquitectònic del Priorat, la ciutat de Reus com a bressol de l’arquitecte Gaudí i del modernisme, el patrimoni romà de la ciutat de Tarragona, amb el mar Mediterrani de fons, les vinyes i els castellers… «Hem portat al cor de Manhattan un entorn ple d’història i amb una geografia humana peculiar que ha propiciat la creativitat, l’autenticitat i la qualitat», explica la propietària de Clos Galena. Un paral·lelisme més del món de l’art amb els vins d’edicions limitades i singulars que neixen en costers i sobre sòls de llicorella, amb patiment i recolliment, al cor de la DOQ Priorat.  Albert Alís, Mónica Castanys, Didier Lourenço, Coia Ibáñez Ferrater, Alícia Grau, Frank Jensen, LLuís Puiggròs,  Josep Moscardó, Ramón Moscardó i Benjamín Torcal són els 10 autors que han participat en el projecte que, ara, es podrà veure a casa, a Reus, el divendres 16 a la galeria d’art Anquin’s.

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La presentació a Nova York va comptar amb galeristes, sommeliers i crítics de vins i gastronomia com Manos Angelakis que, en una visita recent al Celler de Can Roca, va sentenciar sobre els vins de Clos Galena:

Galena 09. From Priorat came Galena 09, a 40% Garnacha, 20% Carinena, 20% Cabernet Sauvignon, 10% Merlot, and 10% Syrah, aged for 12 months in French and American oak barriques. It is full-bodied with mouth filling fruit, dense, fat and layered. Not easily available in the US, but if you are a Catalan wine aficionado it’s worth looking for it.

Article publicat a NW La Revista de Reus

“El dia abans de casar-me, el meu home estava fent bancals al Priorat. Aquest és un somni fet realitat”, explica Merche Dalmau. Des de la mort sobtada del seu marit, Miguel Pérez, ara fa tres anys i mig, assumeix la presidència i la direcció general del celler Clos Galena, a El Molar. També n’és la propietària. Nascuda a Tarragona i reusenca d’adopció, Dalmau revela que van triar el Priorat, l’única regió de vins qualificada del Mediterrani, “perquè vam veure que era l’únic lloc on desenvolupar una viticultura de molta qualitat”. Va tenir la sort i les ganes de viure i compartir des dels inicis la posada en marxa del celler amb el seu marit, “una il·lusió i una passió per a ell” adverteix. El camí fet en solitari en els últims anys no ha estat fàcil però resultats i crítica l’avalen.

“Un gran vi neix de la trobada entre un element únic i irrepetible, la pissarra del Priorat, i el seu cultiu, que de fet, és la meva passió”. Miguel Pérez, enòleg i farmacèutic

“Del Priorat ens va agradar des dels inicis l’espiritualitat, la tranquil·litat… De fet, l’empresa porta per nom Domini de la Cartoixa perquè en el seu temps les vinyes van pertànyer als monjos cartoixans. El territori està per sobre de tot. L’hem vist créixer des de l’any 1997. No hem estat els pioners però penso que la nostra ha estat una evolució i aportació positiva”, explica amb total convenciment. Merche Dalmau és una dona vital i entusiasta. Activa, ben connectada i bona comunicadora. El nucli dur és la família, les seves filles, però el celler ocupa una posició destacada en l’ordre de prioritats. “La meva implicació és total, però tenim un gran equip humà amb un enòleg referent com és en Toni Coca al capdavant per fer vins que emocionen”, afirma. És perfeccionista i pren el relleu del marit també en l’exigència de fer bé les coses. “El nostre és un projecte ecològic i sostenible, ara se’n parla molt però aleshores, al 97, era totalment innovador. Quan vénen els tècnics del Consell Català de Producció Agrària Ecològica (CCPAE) a fer les auditories, ens diuen que en Miguel ha deixat el llistó molt alt”, reconeix.

Primer dilluns de setembre. Verema iniciada. Es lleva d’hora i arriba al Priorat quan el sol encara és tímid per atendre un grup d’amants del món del vi de Suècia. Li reconeixen la qualitat dels seus vins, com farà també la crítica internacional. La revista Wine Spectator ha seleccionat el Galena i el Clos Galena a la llista dels Top 100 amb 92 i 94 punts. “Ens marca molt el terroir, en un altre territori el projecte no tindria sentit. Per a una ampolla de Clos Galena ens cal veremar dos ceps i n’obtenim una producció de només 450 grams a cadascun”.

El seu vincle amb Reus és sòlid. “Si sóc d’aquí i estic a tot el món, com no he d’estar a casa meva?”, reconeix Merche Dalmau. Clos Galena és un dels pocs cellers de la DOQ Priorat que ha apostat des dels inicis per la Fira Reus Viu el Vi. El percentatge d’exportació és d’un 70%, però està convençuda que el reconeixement a casa és important i l’aposta del celler per Catalunya s’ampliarà. Mantenir en el temps l’excel·lència dels vins, consolidar l’enoturisme i la projecció internacional i ampliar el vincle amb el món de l’art són les seves principals comeses. Des de l’any 2010, amb la col·laboració de la Galeria Anquin’s de Reus, Merche Dalmau promou el projecte Art i Vi per donar a conèixer els vins del Priorat i la creativitat dels artistes catalans. Etiquetes i caixes de vi del Celler Clos Galena il·lustrades per artistes com Didier Lourenço tindran aviat un accent reusenc. L’1 de desembre, a Nova York, hi ha prevista, per altra banda, la presentació d’una col·lecció de vins amb la participació de diferents artistes que il·lustraran el paisatge de les comarques de Tarragona.

«Un concert entre vins i a pèl, el recordes sempre»

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«M’he deixat portar pel que m’han transmès les cançons. Mai havia dirigit un maridatge musical i aquest em venia de gust, sobretot, perquè he estat seguidora de PastoraDolo Beltran –  i ara m’ha trocat crear harmonies amb ella. Jo sóc d’estar al celler i a les vinyes, però em fa realment molta il·lusió participar en aquesta activitat i inspirar-me en els seus nous temes».

Judit Llop és l’enòloga de Cellers Morlanda (DOQ Priorat/ DO Montsant) que pertany al grup Freixenet. És una dona discreta i amb un gran bagatge enològic. «He tingut experiències en altres regions de vins, a Austràlia hi vaig anar a treballar quan el meu fill petit només tenia 6 mesos, també he estat a Xile… Però al final he tornat al Priorat. Aquesta és una terra que captiva. Hi trobo un entorn únic, una orografía marcada i accentuada i el bosc al voltant de les vinyes… Elaboradors i viticultors ens estimem molt el territori i volem preservar-lo», explica amb sentiment. Gesticula i somriu i admet que li ha encantat preparar el maridatge tot i que en un primer moment va sentir responsabilitat per la cantant amb qui el compartia.

«Vaig triar per aquesta actuació els temes que més m’agraden cantar i amb diferents temàtiques», explica Dolo Beltran, cantant, actriu i il·lustradora. Dona polifacètica, amb rauxa. Serà un preludi del concert que té previst oferir al Foyer del Liceu dins del Festival de Músiques Sensibles, un nom que anuncia la delicadesa de fons i forma de les interpretacions musicals seleccionades. La botiga Tannic by Freixenet, a Barcelona, és l’escenari de la prèvia del concert, entre ampolles de vins i copes que s’omplen, s’oloren, es tasten… «Vaig assajar els maridategs amb les cançons que em va passar la Dolo a través de l’Iphone; abans però ens havíem vist per conversar i conèixer-nos i vam saber que aniria molt bé, perquè vam sintonitzar de seguida» explica Judit Llop.

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«Són coses que sempre recordes, el d’avui el recordaré sempre, el concert» diu Dolo Beltran minuts abans de començar l’actuació, en petit comité. «Cantar en un espai de vi i a pèl, és el que t’emportes», reblarà. A partir de les seves lletres i dels ritmes que hi imprimeix, l’enòloga Judit Llop ha construït un maridatge que al final de la sessió, els assistents aplaudeixen. I demanen un bis.

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El maridatge inclou vins d’arreu del món demostrant el potencial del grup però els del Priorat tenen un sentit especial per la Judit. «La regió de vins viu ara un bon moment, pels que han treballat bé, pels que tenen arrels. Passada l’eufòria, ara que el Priorat és reconegut internacionalment, el que val és el treball dia a dia, i els projectes petits com el nostre, que al capdavall te’ls fas teus, al celler només som 3 persones treballant», desvetlla l’enòloga.

Per al repertori de tast, dos DOQ Priorat: Morlanda blanc i negre. «El primer perquè el tema Fiesta a los 40 parla d’una dona que d’entrada no sembla tenir res d’especial, complerts els 40 anys, però quan la coneixes et sorprèn i et deixa sense alè. Amb el Morlanda blanc passa una mica el mateix. És aromàtic, fresc, amb fruites blanques i quan te’l poses a la boca és una explosió per als sentits, amb un post-gust persistent…». El tema musical Verte llegar casa a la perfecció amb un clàssic de la DOQ Priorat com és el Morlanda negre, un vi de guarda que neix a les finques de Bellmunt del Priorat i millora, com no podia ser d’altra manera, amb el pas del temps. La lletra diu així: «Sabes que tengo razón, cada día que pasa se vuelve mejor, cada vez es más fuerte, ya no soy ni consciente sólo quiero volver…”. Pura essència prioratina. Complexitat, profunditat, fruita madura, balsàmics… «El Morlanda negre és la meva criatura, només han sortit al mercat 5  anyades en 10 anys. Fem poc més de 5.000 ampolles, el que promet aquest vi és identitat, la de la garnatxa negra i la carinyena vella del Priorat. És un vi d’autor» explica amb orgull Judit Llop. I sorprèn a tothom.

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Un vi que bé valdria per acabar el concert, però hi ha encara una sorpresa final. El dolç que l’enòloga de Morlanda encara no embotella. De dolçor justa i refinada, un regal per acompanyar el bis, per recuperar l’emblema de Pastora, la lletra mítica del «no me llames Dolores llámame Lola, la que siempre va sola por Barcelona metiendo follón…».

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A capella, Dolo Beltrán sona infinitament bé. Hi posa la veu i la pell, l’ànima, a l’actuació. Entre glops curts i esporàdics de vi, connectant amb el públic, amb la guitarra i amb les explicacions acurades de Judit Llop. Té ganes de presentar el nou disc Copilotos i té la generositat de regalar-nos-en un bocí. La resta haurà d’esperar a la primavera, després del naixement del seu primer fill, Mauro. Ara és moment per fer una pausa musical i teatral. Tornarà amb força i amb ganes de tornar a representar El Test a la Sala Muntaner, on el vi hi ha tingut també un paper destacat. Sobre la taula.

Repertori musical i de tast:  

MI VIDA EN COLOR & Vionta Albariño (D.O. Rias Baixas)

“Y tú que tienes la mirada triste de ir a dónde ya no existe la vida en color, tú… que ganas en distancias cortas me llenas de pequeñas cosas, mi vida en color”

FIESTA A LOS 40 & Morlanda Blanc (D.O.Q. Priorat)

“Era una chica cualquiera si la mirabas por fuera. Si te metías por dentro, te dejaba sin aliento”

PULSO & Amor Loco (D.O. Montsant)

“Gritaremos como locos viendo que el invierno se va, goodbye. Y saldremos disparados a la terraza con dos copas y a brindar, por la vida. Hoy brilla el día vas luciendo pantorrilla. Con sombrero y crema solar. Tienes lo justo para estarte tan a gusto. Aquí sentado sin pensar”

COPILOTOS & Odissey (Austràlia)

“Hicimos viajes tan dispares. Tú estabas en Marte y a mi Saturno me distrae. No tenemos norte y en el sur hay una calle. Que cruzamos como locos para ver quién llega antes”

VERTE LLEGAR & Morlanda Negre (D.O.Q. Priorat)

“Sabes que tengo razón, cada día que pasa se vuelve mejor, cada vez es más fuerte, ya no soy ni consciente sólo quiero volver…”

Una sorpresa… 🙂 Vi Dolç

“Una vez, solamente una vez, ya lo ves, Una vez te perdí… Una vez te seguí…  Una vez y dos y tres.  Una vez, me enamoré…”

 

El conciert íntegre es pot trobar en aquest enllaç https://www.facebook.com/tannicfreixenet/videos/1848379405432005/.

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«La malvasia serà un raïm important al Penedès»

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En Gerard Jané és una de les primers persones que vaig conèixer en el món del vi quan m’hi vaig començar a endinsar i crec que va ser un encert. També de les més generoses que he conegut. Tant és així que ens va citar a la presentació del seu nou vi «Sempreviva» una malvasia de Sitges seca que homenatja la Flor de Sant Joan, i va convocar també altres elaboradors de vi i entusiastes de la mateixa varietat per comparar, aprendre i entendre.  Diuen els entesos  que «la malvasia va ser el primer vi de qualitat que es va fer a Catalunya durant els segles XVIII i XIX i que s’exportava tant com l’aiguardent». Ho va afirmar Josep Puiggrós de l’Institut Català d’Estudis Agraris (ICEA), que el Gerard també va tenir l’encert de convidar a la presentació del seu nou vi. I les seves paraules van ser un baló d’oxigen per a tots els qui  s’afanyen a cultivar-la. Ja són entre 10 i 15 els elaboradors a Catalunya i se n’esperen més: Celler Credo anunciava fa una setmana que elaboraran un vi tranquil de malvasia..

Va dir Puiggròs que «Gerard Jané és un home actiu dins del món del vi», per continuar reclamant, amb contundència, que «tenim el deure de recuperar el nostre patrimoni com fa l’Institut Català d’Estudis Agraris en favor de totes les varietats autòctones«. De la malvasia de Sitges va explicar que fa 700 anys que es cultiva a Catalunya però que havia estat coneguda 150 anys abans. Que, en els inicis, era el vi dels nobles i dels reis, de la Corona Catalano-Aragonesa, i que no arribaria al poble fins passats uns anys. Per això els més erudits en parlaven a les seves obres. És una varietat tan literària com gastronòmica com recull bé en Valen Mongay en un article publicat als dossiers de l’ICEA:

«Mon beure quant al vyn blanch, és aquest: bech grech d’estiu, e d’ivern cuyt, o moscatell, malvesia, trí- bia, còrcech, o candia, o vernaça», després anomena els negres, un de l’Empordà, un altre de Mallorca, etc» Eiximenis

«feu-los dar molt bella col·lació de confits de sucre amb malvasia de Càndia, altra de les malvasies llegendàries, que va adoptar el nom del seu lloc de producció» Joanot Martorell

«Lo endemà de Sanct Juan dónám als frares y germans de frares, donats y bremendaris una pitança de malvesia per ésser així de […] pràctica y té octaves y 12 liçons…» El llibre de cuina d’Scala Dei, s. XVII

De la glòria a l’infert s’hi pot passar en qüestió d’hores i això és més o menys el que va succeir amb la varietat. «Una malura – oïdi- li va fer molt de mal i aleshores van canviar els gustos dels consumidors del moment i va ser substituïda per altres», explica Puiggròs. Del declivi de la malvasia, al seu renaixement. El llegat de Manel Llopis a l’Hospital Sant Joan Baptista de Sitges  ha estat fonamental per fer-ho possible, com també l’actitud valenta i compromesa d’elaboradors com Enric Bartra (Vega de Ribes) quan fa 30 anys no li deixaven vinificar amb malvasia dins la DO Penedès o Joan Huguet (Can Feixes) que de moment no la comercialitza.  «Que continuï molts anys en mans de bons productors», va concloure Puiggrós, mentre els responsables de l’Hospital – ara una fundació amb esperit social- asseguraven que «és la casa de totes les persones que cultivin la cultura de la malvasia».

Com en Gerard, per això la va presentar a Sitges. Ja havia donat exemple de la seva magistralitat enològica amb la malvasia dolça – que no es comercialitza però els privilegiats l’hem pogut tastar des de 2009 que és el primer amy que s’embotella» i la seca – Malvasia de Sitges- i ara amb una tercera referència, la «Sempreviva», un vi elegant, fresc, d’estiu, que reflecteix en la no-etiqueta la puresa, la simplicitat de la dificultat que és cultivar la malvasia. Una ampolla despullada, on el vi i el seu color, el groc de la flor de Sant Joan, són els protagonistes. El raïm s’obté de les vinyes de la Bisbal del Penedès, del Monmell i de Sant Pere de Ribes. A l’acte també hi era el Pep, el viticutor de Ribes on neix la malvasia. Com a intercanvi, en Gerard li cedeix part del most perquè en faci la seva mistel·la. De l’anyada 2015, 4.400 ampolles estàndard i 220 màgnum de «Sempreviva».

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L’amabilitat del vi és comparable a la del Gerard. Fa 10 anys que vinifica malvasia de Sitges. El 2005 ja va comercialitzar el primer vi sec i el 2006 va plantar més vinyes. A la presentació,  vam tenir també la sort de tastar una de les 9 màgnums que li queden de l’anyada 2005. És realment una meravella, com la profunditat i el deix de xerès hi són presents. Com el temps, com l’ampolla dignifica el vi i el fa créixer fins a límits inesperats…  Contrast amb la «Sempreviva», que amaga aromes de flors blanques, fruita exòtica i anissats de fons. Molt refrescant. «Un vi versàtil, gastronòmic», diu en Gerard, que homenatja una flor coneguda a Sitges, la que s’empra a les catifes de Corpus, la que sol guarnir les taules, ja seca… La que a vegades ha acabat de donar vida al plat. La de Sant Joan és una flor que neix a mitjans de maig amb un color groc intens. Si es cull durant la floració pot mantenir-se groga, encara que seca, durant molt de temps.

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Enric Bartra, elaborador de malvasia a Vega de Ribes i investigador a l’INCAVI, diu durant la presentació que és «un apassionat» d’aquesta varietat. Ningú no en té cap dubte, probablement és qui més en sap al país. La treballa i defensa des de fa 30 anys. Ara es mostra satisfet que més enllà de les vinyes de l’Hospital i Sant Pere de Ribes s’hagi empeltat malvasia en molts altres punts del Penedès. «Era un vi que havia tingut molt de prestigi i vaig intentar assegurar des dels inicis la màxima qualitat. Hem de mantenir, preservar i augmentar una de les varietats amb més història i més difícil de treballar. Perquè al final el que volem són productes especials, arrelats». Bartra acabarà el seu parlament advertint el que Gerard Jané ja avança al principi de l’acte, que «la malvasia serà un raïm important al Penedès». I afegeix Bartra: «Pel seu alt valor aromàtic i per la seva acidesa, necessària per combatre els efectes del canvi climàtic sobre la viticultura; la malvasia té un cicle de maduració mig-llarg».

Joan Huguet, de Can Feixes, explica que «la malvasia és molt tardana, però dóna vins de gran qualitat». Participa al dinar que té lloc al restaurant La Nansa i durant l’àpat comenta que «compartir varietat li dóna a la malvasia una projecció molt interessant». Amb Enric Bartra comparteixen opinió dels vins que amistosament tastem, com també de l’afirmació que «si n’hi ha poca, cal valorar-la al màxim», referint-se a la malvasia. «La malvasia té molt de risc, cal esperar, madura a la vinya, li costa fermentar i millora amb el temps», revelarà Huguet. I ho comprovem amb el seu vi de 2010 -un esclat de fruita-, amb el Sasserra 2013 – diuen que l’anyada 2006 és ara excel·lent; «de llàgrima» puntualitza el periodista Ramon Francàs – i amb la màgnum de Jané Ventura de 2005.

Ningú no contradeix la perdurabilitat d’un vi que té en la genètica de la varietat dos punts forts, el sucre i l’acidesa. «És més fàcil fer dolç que sec. El vi ranci de malvasia és la mort noble, ara fem altres productes» comenta Bartra. I quins altres productes. Que  per molts anys torni a ser el vi de gran qualitat que va ser, ara amb la sort de poder gaudir d’una àmplia i genial versatilitat enològica.

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«Jo no voldria pas, tal com recomanava James Green de la NASA, que ens preparem per anar a viure a Mart. No voldria creure que els meus successors haran d’anar allà a plantar vinya i abandonar aquest bell planeta que, segurament, encara som  a temps de salvar»

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La lluita contra el canvi climàtic a Bodegas Torres comença el 2007 després de la projecció de la pel·lícula d’Al Gore, An Inconvenient Truth. Miguel Torres, quarta generació de l’empresa, reconeix que el film el va impressionar tant que des d’aleshores el canvi climàtic ha estat a la seva agenda i a la de l’empresa. Ho va deixar clar fa uns dies al discurs pronunciat a la Universiat Rovira i Virgili de Tarragona que l’acabava d’investir Doctor Honoris Causa. Sota el títol «La viticultura (i el seu futur) en l’antropoceni», l’enòleg i empresari alertava dels riscos a què ens exposem, si continuem sense fer res. Amb un missatge realista, Miguel Torres es mostra convençut que tots podem contribuir a pal·liar la situació i en major o menor mesura podem reduir la petjada de carboni sobre el planata. En els últims 40 anys, la temperatura al Penedès ja ha incrementat 1ºC i les conseqüències del canvi climàtic sobre la viticultura són més que evidents. «La dramàtica presència de pedregades que al Pirineu ens fa cobrir la vinya amb malles, els períodes de sequera, la maduració fenòlica tardana i l’avançament de la verema 10 dies, l’elevat grau dels vins…», enumera Miguel Torres.

 Si a Dijon vaig aprendre a estimar el vi, a Montpeller vaig aprendre a estimar la viticultura»

Miguel Torres ha estat el primer empresari a ser investit Doctor Honoris Causa a la URV. Dedicat al món del vi, les seves primeres paraules davant l’auditori van estar centrades als seus orígens en aquest món, a França primer i a Espanya després. «En tornar a casa el primer que vaig fer va ser preguntar al meu pare si encara teníem alguna vinya (…) Afortunadament el vell boter recordava perfectament l’emplaçament de les terres i amb una mica de sort es varen poder recuperar. Allà vaig plantar la primera col·lecció de varietats franceses i alemanyes i fins i tot italianes per estudiar la possibilitat d’adaptar-les al nostre país».

Un dels punts d’inflexió del projecte de Miguel Torres arriba amb la compra de la finca Mas La Plana, a 3 quilòmetres de Vilafranca. «Era un canvi important en una empresa que havia començat al segle XIX en el negoci del vi a doll i que ara s’orientava clarament cap a l’elaboració de grans vins», explicava l’enòleg a l’auditori de la universitat.

Des dels inicis s’adonarà que tant important com la gestió de la vinya és la gestió de les persones: «Entendre la importància de comptar amb treballadors compromesos i com de necessari era aconseguir la seva participació i la seva il·lusió per l’esdevenir de l’empresa; també vaig comprendre que era important tractar de millorar cada any el seu nivell de vida».

Més que un altre punt d’inflexió, al 1979, hi ha un sentiment d’orgull que impregna l’esdevenir de l’empresa i que Miguel Torres sempre recorda, també per justificar el seu atreviment. És quan la revista francesa Gault Millau organitza un important tast de vins i el vi Mas La Plana es classifica per davant del Château Latour. Des d’aleshores i fins a l’actualitat, la gestió de 1.800 hectàrees amb gairebé 900 viticultors arreu del món, incloses Xile i Califòrnia, ha estat la principal missió de la direcció de l’empresa.

En el discurs, Miguel Torres destacarà que després de la mort del pare, la seva voluntat va ser «elaborar vins al més alt nivell de qualitat, que poguessin competir amb els millors d’Espanya i dels altres grans països vinícoles del món» reconeixent amb molta sinceritat que recupera d’un calaix les idees que el seu antecessor no havia considerat adients. Aleshores els vins de Torres ja eren presents a més de 100 països.

Vaig entendre que el nostre futur estava en risc i que el canvi climàtic podia tenir unes conseqüències terribles per a la viticultura de tot el món»

https://youtu.be/mZd4aeOzlOw

Amb el segle XXI arriba la seva preocupació profunda per l’escalfament del planeta i Bodegas Torres serà pionera a desenvolupar un programa específic per combatre’l: Torres&Earth que ja està donant resultats i que continuarà implementant-se i ampliant el seu radi d’influència, incloent els viticultors i els proveïdors, als quals es demana reduir en un 15% l’eficiència de processos i l’estalvi de materials, tant al sector del vidre, com al suro o al cartró… De fet, es premiarà els que siguin més respectuosos amb el planeta. «Cuanto más cuidamos la tierra mejor vinos conseguimos» resa l’eslògan del programa;  el respecte per l’entorn comença a la vinya però continua amb tot el sistema productiu que, des de Torres, es vol el màxim sostenible possible.

«Hem deixat de comprar un 90% de gas, apostem per la biomassa, cremem el material de poda, les pellofres del raïm, les vinyes velles arrancades… Es poden fer moltes coses; tothom pot sumar. També tenim plaques solars, fotovoltaiques, produïm més d’un 15% d’energia pròpia… Penso que hi haurà gent que en el futur deixarà de comprar productes als països que siguin contaminants, el consumidor es pot defensar davant de l’atac al planeta«, explicarà amb convenciment Miguel Torres en un entrevista al programa de Ràdio4 Anem de Tarda. «També el vi ecològic ha de fer passos endavant per reduir la petjada de carboni, perquè la vinya també pot ser contaminant», afirma el nou Doctor Honris Causa.

Que cal reduir la petjada de carboni és un clam, una urgència, en cap cas una extravagància i el sector del vi s’hi ha de posar de ple. Però això requereix inversions. Per Miguel Torres aquest és un repte de grans dimensions, que s’ha convertit en una autèntica obsessió. Reconeix haver llegit nombroses publicacions sobre el canvi climàtic  i està convençut que «si al llarg de la història els canvis de temperatura han sigut provocats per raons naturals, en l’últim segle l’efecte hivernacle ja no té cap relació amb les causes naturals (…) Alguns gasos de tipus antropogènic, sobretot el CO2, però també altres, s’han anat incrementant i han anat causant una pujada de temperatures…». Increment de temperatura, deforestació, augment del nivell del mar, desaparició de la superfície de l’Àrtic… Evidències que «confirmen que l’augment de temperatures són antropogèniques, que som els homes els que estem provocant aquest nou període càlid».

El problema fonamental per afrontar el canvi climàtic són les estructures econòmiques existents»

Per Miguel Torres, la clau està en tornar a un capitalisme social. «El nou capitalisme ens ha portat a la pèrdua dels drets dels treballadors en molts països. A Catalunya, un 13% dels treballadors està en situació de pobresa», advertirà. Creu que cal una nova legislació i idees polítiques renovades per evitar un les conseqüències dramàtiques que es preveuen si avança el canvi climàtic.

El clima canvia i pot destruir la vida: si no aprenem a emigrar a altres planetes ens extingirem» James Green, director d’exploració planetària de la NASA

Bodegas Torres treballa amb el compromís de reduir en un 30% les emissions  de C02 per cada ampolla l’any 2020.  Amb el programa Torres & Earth ja s’han invertit 10 milions d’euros en projectes d’energies renovables, transport eco-eficient i optimització de l’ús de l’aigua, però també en investigació mediambiental i reducció del CO2, fruït dels quals s’ha aconseguit reduir en un 10% les emissions de CO2 per ampolla.   Per Miguel Torres «el canvi climàtic és l’amenaça més gran a la qual s’enfronta la indústria del vi i la viticultura (…) la vinya és una planta extremadament sensible als canvis de temperatura. Amb el seu increment, molts productes agrícoles continuaran cultivant-se sense que el consumidor percebi cap diferència, però amb el vi, la qualitat canviarà i això és preocupant».

No queda altra que moure fitxa. Adaptar-se… O morir. I l’adaptació de Torres passa per tècniques vitícoles que permetin endarrerir la maduració del raïm, l’ús de renovables, estalvi i eficiència energètica en l’aigua, la recuperació de varietats ancestrals o la compra de terrenys a major altitud i latitud per buscar climes més freds. També per incidir en la tasca dels viticultors que, com diu el programa Torres & Earth, «són els que més emissions traspassen a l’empresa, de manera que Torres ha desenvolupat una eina que els permet calcular el CO2 associat al raïm que cultiven, conèixer les fonts d’emissió amb major impacte i obtenir recomanacions per rebaixar el resultat obtingut». I, finalment, una aposta clara per la R+d+I com  els projectes d’investigació mediambiental relacionats amb l’ús d’algues per fixar el CO2 que es produeix durant la fermentació o la generació d’hidrogen.

Aquest és un camí de no retorn que només el temps dirà si ha estat fructífer, o no.

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Entrevista a Anem de Tarda – Ràdio 4.

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